El Imperio de Iturbide, también conocido como el Primer Imperio Mexicano, fue el régimen político establecido en México después de la independencia de España en 1821. El Imperio fue liderado por Agustín de Iturbide, quien había sido uno de los líderes militares de la Guerra de Independencia y había proclamado la independencia de México en 1821.

Iturbide fue nombrado Emperador de México en mayo de 1822, después de haber sido coronado por la Iglesia Católica. El Imperio de Iturbide se basó en una Constitución que establecía un sistema político monárquico, en el que el poder ejecutivo estaba en manos del Emperador y el poder legislativo estaba en manos de un Congreso bicameral.

El Imperio de Iturbide fue un régimen breve y controvertido. A pesar de que Iturbide había sido un héroe de la independencia, muchos mexicanos no estaban dispuestos a aceptar un sistema político monárquico y autoritario. Además, la economía mexicana se encontraba en una situación precaria y el Imperio no pudo solucionar los problemas de pobreza y desigualdad.

En 1823, Iturbide fue depuesto y el Imperio de Iturbide llegó a su fin. México se convirtió en una república federal, con un sistema político basado en la Constitución de 1824. A pesar de su corta duración, el Imperio de Iturbide tuvo un impacto significativo en la historia de México, ya que sentó las bases para la creación de un sistema político democrático y republicano en el país.